Educacine traspasa el ecuador

La octava edición de Educacine ha concluido con una gran afluencia de espectadores, todos ellos alumnos de Secundaria y Bachillerato, acompañados de sus profesores.

minamata 39900 e1Las proyecciones del miércoles, 15 de diciembre comenzaban con Uno para todos, de David Ilundain, que pese a su título nada tiene que ver con los mosqueteros de DumasDavid Verdaguer da vida a un docente, que se desplaza a un pueblo rural de Aragón para sustituir en un centro de primaria a una compañera embarazada, que tardará en regresar por problemas de gestación. Allí se convierte en el tutor de sexto, pero uno de los alumnos está enfermo de cáncer. «El film trata temas como la soledad, la muerte o las causas que hay detrás del bullying», ha comentado el ponente Carlos Robles, doctor en Psicología y profesor. «La vida nos da golpes, pero si somos capaces de enfrentarnos a ellos la convertiremos en una obra de arte».

También ha estado presente en la presentación del film y el coloquio posterior el actor Jorge Pobes, cuya presencia apasionó a los niños, pues interpreta en el film a un maestro. «Como actor, he tirado de mi memoria, así que me acordé de mi profesor de gimnasia. Pienso que mejoras como actor conforme pasa el tiempo, porque acumulas más experiencia vital». También ha elogiado el trabajo de Verdaguer. «No resulta fácil trabajar con niños, pero él supo hacerse con ellos».

 

La segunda sesión deparaba El fotógrafo de Minamata, de Andrew Levitas, protagonizada por Johnny Depp. La estrella se convierte en el fotoperiodista Eugene Smith, que elabora un reportaje sobre lo que está ocurriendo en Minami, en Japón, en los alrededores de la fábrica Chisso de productos químicos, cuyos vertidos están contaminando el agua y provocando serios daños en la salud de sus habitantes. Han analizado la cinta el periodista José Mª Fillol, y José Mª Aresté, director del Festival Educacine.

«La idea de fondo de luchar contra las injusticias con un trabajo bien hecho vertebra bien el guión», ha explicado Aresté. «Cuando hay una historia humana, los medios de comunicación tienen la obligación de cubrirla, para remover conciencias. Creo que es una misión fundamental para ellos», ha apuntado Fillol. «Los fotoperiodistas tenemos un compromiso con la veracidad, por eso es tan importante contrastar. En Perú me empeñé en sacar un reportaje sobre unos niños contaminados. Al final, me lo publicaron, pero me despidieron a continuación. Me tuve que volver a España». El tema del periodismo comprometido ha cautivado a los chavales.