Durante esta semana más de dos mil estudiantes han pasado por las salas. La última jornada de la 12ª edición de Educacine, Festival de Cine Educativo de Madrid, ha sido también la más exitosa, con ambiente de final de Champions, ya que ha habido llenos en las proyecciones de «Septiembre 5» y «Marco, la verdad inventada». Queda claro que el público estudiantil y docente, cuando se le ofrece cine que hace pensar, responde con entusiasmo.

A primera hora se proyectaba Septiembre 5, que reconstruye con pulso firme la tragedia de los juegos olímpicos de Munich de 1972. El grupo terrorista Septiembre Negro secuestra a los componentes del equipo olímpico de Israel, exigiendo la liberación de dos centenares de presos palestinos en cárceles de ese país, con la amenaza de ejecutar a los rehenes. Todo ello obligó al equipo de ABC, comandado por el veterano productor Geoff Mason y respaldado por Roone Arledge y Marvin Bader, a abandonar la comodidad de las retransmisiones deportivas para lanzarse de cabeza al periodismo de crisis. Se apoyan en la traductora alemana Marianne Gebhardt y coordinan a sus dos estrellas del directo, Jim McKay y Peter Jennings, que acabaron convirtiéndose —como recuerda la prensa de la época— en una suerte de «cronistas involuntarios» de la tragedia.

Esta notable película, que se adscribe al subgénero del cine de periodistas, elude en todo momento mostrar directamente las acciones de los terroristas o el sufrimiento de los rehenes, en realidad todo lo que vemos directamente sobre los hechos, lo vemos igual que los espectadores de la época, o sea, en pantallas de televisión, y con las imágenes reales de entonces, muy bien integradas. «Desde luego, los que han hecho la película conocen muy bien cómo se trabaja en televisión, pues todo resulta bastante realista, no han metido en nada», ha comentado el invitado, Joaquín Albareda, con una amplia trayectoria en el ámbito del periodismo deportivo, que lleva desde su fundación en Informativos de Antena 3. 

Albareda destacó además el gran dilema ético que plantea la cinta: «Los periodistas tienen que decidir en segundos si dar una información que puede ser útil al público… o también a los terroristas, que están viendo lo mismo. Ese equilibrio entre servicio público y responsabilidad es durísimo».

A continuación estaba programada Marco, la verdad inventada, historia también real de Enric Marco, impostor que sostuvo haber estado preso en el campo de concentración de Flössenburg durante la Segunda Guerra Mundial y que presidió la Asociación Española de Deportados, engañando a la opinión pública e incluso a su propia familia. Cuando el historiador Benito Bermejo descubrió sus contradicciones, trató de evitar con todas sus fuerzas lo inevitable, esquivando un encuentro que clarificarse los muchos puntos oscuros de su relato. Eduard Fernández, que logró el Goya al mejor actor, compone un Marco tan seductor como inquietante, un fabulador capaz de mezclar memoria, omisión y teatralidad para mantener en pie una biografía ficticia.

Ha analizado la cinta Guillermo Rocafort, abogado, jurista e historiador, que conectó rápidamente con el público: «No vais a olvidar este visionado. Conozco el caso y es paradigmático. Nos recuerda que no podemos creer todo lo que nos dicen: hay que tener espíritu crítico. No se trata de volverse conspiranoico, sino de saber contrastar datos y detectar fake news. La historia es la ciencia más importante porque explica lo que ha ocurrido, y por eso todos los bandos quieren controlar el relato; al final, la escriben los vencedores».

El Festival Educacine está organizado por Decine21, Magisterio, Fundación Diálogos, Siena Educación e Inav, cuenta con el patrocinio de Académica y Ucetam, y sería imposible sin el generoso apoyo del Ayuntamiento de Madrid.