La décima edición de Educacine, Festival de Cine Educativo de Madrid, alcanza su ecuador. En la jornada del miércoles se ha hablado de ciberseguridad y de Goya.

Las proyecciones han arrancado con Goya, el ojo que escucha, documental donde el legendario libretista Jean-Claude Carrière, colaborador de Luis Buñueldurante cerca de veinte años, y experto en escribir películas sobre grandes creadores, reflexiona sobre Francisco de Goya. Ha presentado el largometrajeCristina Otero Roth, guionista del film, ha hecho una presentación, y ha mantenido un animado coloquio con los jóvenes asistentes, estudiantes de Primaria y Secundaria. «Los artistas entregan una carta a las generaciones que les siguen», ha argumentado Otero Roth. «Nuestra película quería ser una carta para los siguientes. El propio Goya decía que tenía grandes influencias, sobre todo de Velázquez, Rembrandt y la propia naturaleza. Porque los creadores no parten de cero, sino que siguen a partir de lo que han hecho sus precursores. Así que nuestro documental quiere ser una aportación para los próximos artistas».

El público presente se ha interesado por conceptos de arte (la ponente ha explicado por ejemplo qué es un «trampantojo»), como de cuestiones técnicas referentes a su profesión. «¿Cómo se hace el guión de un documental?», preguntaba uno de los asistentes. «Es muy diferente a lo que ocurre con el cine de ficción, donde todo se escribe antes, y los actores van al rodaje con el texto aprendido. Aquí se rueda primero, y luego tiene que haber una persona que saque lo más importante y lo estructure y lo organice todo. El guión de un documental se hace sobre todo en la fase de montaje».

En la segunda sesión, el experto en seguridad informática Damián Soriano, ha presentado el film Missing, de Nicholas D. Johnson y Will Merrick. A June, que acaba de cumplir los 18 años, le duele que la madre se vaya con su novio Kevin de vacaciones a Cartagena, en Colombia. El día que la pareja debe regresar, no aparecen en el aeropuerto, en realidad no han subido al avión que debía llevarles de vuelta. Toda la historia se narra mediante pantallas del teléfono, videollamadas, los asistentes de voz, la geolocalización, las redes sociales, el servicio de mensajería, las compras por internet, las cámaras en directo en lugares públicos, las cámaras de seguridad de las viviendas, etc. El invitado ha conseguido apasionar a los presentes en su debate sobre las redes. «El negocio del cybercrimen mueve hoy en día más que el tráfico de drogas y el tráfico ilegal de armas», ha advertido. «Se trata de un problema nacional. Trabajo para un banco, que cada día recibe numerosos ataques informáticos».

Explica que el problema de los delitos telemáticos nos afecta a todos. «Por ahora sois muy jóvenes», les ha comentado Adrián Soriano a los chicos. «Pero cuando abráis una cuenta bancaria, es posible que os la hackeen». Él mismo asegura que antes de dedicarse a esto, formó parte de una banda organizaba, que conseguía grandes «logros», como que un cajero escupiera dinero a espuertas, o que cambiara la temperatura de la calefacción de un edificio.