“¿Quién iba a decir que acabaría rodando un film de animación? Desde luego, no era algo que estuviera en mi radar”, confesaba Pablo Berger con una sonrisa, frente a un auditorio repleto de estudiantes entusiasmados. El director relató cómo la novela gráfica de Sara Varon le encendió la chispa creativa: “Cuando leí el libro, supe que tenía una película en las manos. Sara me dio luz verde, y ahí empezó todo. Eso sí, hice algunos cambios: el original no transcurría en Nueva York, pero yo viví muchos años allí y quería retratar cómo era la ciudad en los años 80. También añadí una escena inicial para presentar a Dog, el protagonista, y enfatizar su soledad, algo que no estaba tan claro en el libro”.

Los estudiantes, curiosos, preguntaron cómo fue posible que Robot Dreams, después finalista al Oscar a la mejor película de animación, llegara a ser realidad. Berger explicó con detalle el largo y arduo proceso: “Lo primero, como siempre, es buscar financiación. La película costó 4 millones de euros, que pueden parecer muchos, pero no son ni una veinteava parte del presupuesto de una producción americana. Después, se crea el storyboard, que es como un guion gráfico donde cada escena se disecciona con precisión milimétrica. Es una mezcla de creatividad y logística”.

Tras el paseo animado de Pablo Berger, Sofía López introdujo El viejo roble, última obra de Ken Loach, un maestro del cine comprometido. “Loach tiene más de cincuenta películas que abordan temas como la desigualdad social y la justicia, siempre desde una perspectiva humana. Aunque sus películas suelen tener un tono dramático, nunca olvida incluir un toque de humor. Y, como él mismo ha dicho, este film, que podría ser su despedida, está impregnado de esperanza”.

López guió al público juvenil con pistas clave para profundizar en el mensaje de la película. “Fijaos en los protagonistas: un anciano propietario de un pub que parece tan viejo y desgastado como el roble del título, y Yara, una refugiada siria que intenta encontrar un lugar en un mundo desconocido. Ambos evolucionan juntos, rompiendo barreras culturales y emocionales. También prestad atención a la música, porque no solo acompaña, sino que subraya las emociones. Es el alma invisible de la película”.

Como guinda para esta jornada cinéfila, el músico C. Tangana presentará su debut como director con el documental La guitarra flamenca de Yerai Cortés. Dirigido a un público compuesto por profesores y amantes de la educación, el artista compartirá su visión sobre cómo este proyecto combina música y cine. La inscripción es gratuita y puede realizarse mediante el formulario al que se accede pinchando aquí.

El festival está organizado por Decine21, Magisterio, Fundación Diálogos, Siena Educación y Estrenos 21, con el apoyo del Ayuntamiento de Madrid, y los patrocinadores Methos Media, Inav, Aula Siena, Académica International Studies, Ucetam y YouLead.

Se pueden reservar entradas o pedir información en el teléfono 629 173 880 (Att. Laura Tornero) o escribiendo al correo electrónico lauratornero@magisnet.com